viernes, 24 de junio de 2011

La niña errónea

Ya soy mayor.
No creo en Dioses
ni en el amor.

Ya soy mayor.
Para mí, deja el mudo
amargura fresca
vida gastada
inocencia en tinieblas

Deja una promesa
salvación
Viene en un canto de guerra

Las flores del almendro

Las flores del almendro
son nieve.

Nieve,
nieve en su color de muerte.
Las flores del almedro
esconden
en su seno un secreto.:
Tal dulzura,
que bajo la miel hierve el veneno

Bailan una promesa feliz
en sus juegos con el viento.

Me prometen estar muerta
con la ternura de un beso.

Suspiros

No te imaginas
hasta que punto soy tuya

las luces perdidas,
tuyas las llamas;
Mis alas atadas,
tu sostienes la llave;
la muete cautiva,
tuyas sus claves
¿Cómo no amarte?
¿Cómo no perderte 
y en mi alma llevarte?
¿Cómo no soñarte?
Si  conmigo
las esatuas y los ángeles
vuelven su pétrea mirada
paraen su silencio buscarte

martes, 14 de junio de 2011

Verde de esperanza

Espero.
Espero,
y caa segundo hiela
y arde como el veneno.

Espero,
y diría que las agujas del reloj 
cortan mi pecho,
porque no espero el Sol,
ni una vida en mí,
ni el amor.

Espero,
porque en mi angustia
ya sólo se esperar,
¡Rosa siempre mustia!


viernes, 20 de mayo de 2011

Después


Suenan claros los compases
en el gran salón desierto:
pues después de tantos valses
Aún viven los ecos de los ritmos muertos

Viento de verde y de menta
trae llanto de campanadas,
entre las copas de absenta
Dormitan tus facciones, desdibujadas.

Sólo en mi cabeza queda
la estrofa de violines
que con la gracia de Leda
Tantas veces bailé en nuestros jardines.

¡Y apagada mi candela,
y los tules devorados,
aún el Gran Gusano anhela
Mis besos, tras mi abanico agazapados!

¡Y en La Iglesia por mi alma
resuena un canto frío;
Yo nunca deseé la calma
Pero pienso en verte otra vez... y sonrío.

Soy mayor

Soy mayor
Mis engranajes ya no
se estremecen bajo la escarcha.

Ya soy mayor.
He aprendido a ocultar
el odio y la decepción

Ya soy mayor.
No creo en Dioses
ni en el amor.

Ya soy mayor.
Para mí, deja el mundo
amargura fresca, vida gastada.

Deja una promesa de salvación
en un canto de guerra.

Otra Rapunzel

- Mira, m'hijita, si llevas plata encima, nunca te podrán llevar los demonios.
Un dicho de viejas que Aracne seguía al pie de la letra. ¿Por qué no?
Todos pensaban que era más pobre, por llevar plata en lugar de oro, pero ¿A quién le importa lo que piense la sociedad que te condena?
A Aracne no. Y menos cuando llegaron de verdad los demonios. Una horda, pero no como contaban las viejas que vendría. Fue poco a poco, fue ir viendo como iban desapareciendo , uno por uno, todos sus seres queridos, para volver cambiados,  más fríos, más ariscos, más bellos.
Pero ella no.
Ella llevaba plata.
Ella se fue quedando atrás, encerrada en sí misma, en lo alto de su torre, muerta en vida en su aislamiento voluntario.
Pero la soledad no es un camino fácil. ¿qué puede más, el deseo de vivir, o querer seguir existiendo?

¿Puede estar una encerrada en una torre eternamente, viendo pasar tu vida una y otra vez en los ojos de todos, y no hacer nada?

Porque tenia opciones.

Tres opciones, como tres deseos.

Podía seguir luchando sola, por ser ella misma y morir olvidada.

Podía rendirse y dejar atrás sus crucifjos, dejar que su alma muriera para mantener la cordura.

o podía tomar el camino de la soga que pendía como un reloj, y el de la ventana que se abría a la calma y el de las flores de almendro que ofrecían otra existencia tras su blancura de cadáver...

¿Qué hacer?

¿Perder la razón, el alma o la vida?