martes, 10 de agosto de 2010

La Historia de la Gloria Maldita

Perdón por no publicar antes. He estado peleándome con el ordenador estos días.

-¡Cuéntame un cuento!- Pidió Julia a su hermana mayor- Vale, serás gótica y las góticas no cuentan cuentos, pero tú conoces muchos. ¡Porfa! Que tenga muerte y sangre, pero cuéntamelo.

-Hasta que no lo cuente no me vas a dejar en paz, ¿no?

-No.

La hermana mayor de Julia, Isabel, suspiró profundamente. Mejor que hiciera caso a la niña y así se callaba.

-Vale... Pero tú lo has pedido. Va a tener muerte, y no habrá final feliz.

-¡Genial!

-Pues aquí tienes el cuento de la Gloria Maldita:

“Antes del nacimiento de su hijo, Dios marcó a una de sus criaturas para que le sirviera, y como tenía muy claro el futuro de la humana, marcó con una cruz su ojos verdes.

Pasaron los años, y Dios previó la educación de su criatura. La hizo sentir la mas alta felicidad de niña, para después arrojarla a la desesperación de sentirse diferente.”

- ¡Hey, como tu!-Interrumpió Julia

-¿Me comparas con un ángel? Vale, soy diferente a los demás, pero tampoco tanto. Ahora, ¿Puedo seguir, sil vous plait?

“Sus padres no entendían sus ideas del mundo. Sus amigas no podían ver sus ideales del amor. Y se fue sintiendo más y más triste, y más sola. El ángel decidió acabar con su vida. Dejo su pueblo, un castro en los montes del Norte de España, y se ofreció a las lamias, demonios antropófagos, con la idea de que si la mataban a ella, las lamias respetarían la vida de otra persona. Como ves era bastante idealista. Pero las lamias no la pudieron matar. Cuando trataron de morderla, largas alas la crecieron en la espalda. Al fin y al cabo Dios la había elegido como servidora suya, y ahora que se enfrentaba al mal su naturaleza más alta salía a relucir. Sin embargo, las alas se volvieron negras cuando eran mordidas por los demonios. Asustada, la chica deseó que los demonios se marcharan y se encontró a solas en el bosque.

Dios sonrío. Por fin la educación de su agente era completa. Su ocupación requería tener esa alma romántica y sacrificada que no se encuentra a diario, y también la tristeza que impedía tener grandes sueños:

Su ángel debía encargarse de llevar esas almas, normalmente atormentadas, de aquellos a los que llamamos artistas. La forma de diferenciarlos era cruel y eficaz: El ángel debía llevarse a aquellos humanos a los que ella amara desesperadamente. Tenía que amarles, y maldecirlos a ellos, a sí misma por amarles y a aquel que le encomendaba tal tarea, y verles envejecer y morir, y ver su corazón desgarrarse una y otra vez. Sin embargo, su elección traía otra consecuencia: aquellos seres a los que se llevaba eran después recordados durante generaciones como grandes artistas. Se empezó a llamar a si misma “Enviada de la Gloria Maldita.”

-Pero la historia no acaba ahí – Añadió Isabel- “Gloria sufría tanto con cada amor que decidió volver su corazón de piedra. Llevaba cerca de 10 siglos cumpliendo esa tarea cruel, a si que es normal que deseara ser fuerte. Durante 4 siglos lo consiguió. Era un tanto cabezota.

Pero llego el día en que, paseando por Irlanda, en lo que nosotros llamamos Renacimiento, conoció a cierto noble. Pelo del color del fuego, ojos negro, piel clara. Una mirada inteligente y sonadora. Pero apenas la vio su rostro cambio rápidamente, como si ocultara una emoción profunda. Se acerco a ella con elegancia, y la saludo con gallardía, pero le coloco rápidamente un collar de plata al cuello.”

-¿Y que? Estaría siendo elegante.

- ¿Qué te he dicho de la plata, Ju? Te protege contra el mal, por eso siempre llevo plata al cuello, y por eso te digo a ti que lleves plata. Según la mitología, mientras lleves eso, sal y no le digas tu nombre a los feéricos no te pueden hacer nada. A lo que iba: “El metal absorbió el veneno de las lamias, absorbió la pena y la tristeza, y lo transformó en un grito de dolor, y volvió sus alas, otra vez blancas, pequeñas y delicadas. Al parecer este noble, cuyo nombre no recuerdo, había oído hablar del ángel sufriente y, tan romántico como ella, quiso aliviar su dolor. La devolvió a su condición de humana, como si todo hubiera sido una pesadilla. No puedo recordar el nombre, pero el hombre y Gloria se casaron y tuvieron un niño, al que pusieron un nombre muy raro, algo asi como trebol. La vida de Gloria ya no era triste, y su marido era el hombre al que más había amado en toda su vida.”

“Pero Dios siguió requiriendo los servicios de su agente. Apenas un año después de que la chica, ahora mujer, hubiera dejado atrás su vida de muertes, Dios volvió a buscarla, matando el mismo a aquel que la había liberado ante sus ojos. El dolor que sintió en ese momento fue tan grande que sus alas crecieron más de lo que había crecido en 14 siglos. Su niño se salvó. El espíritu que en Irlanda llaman Morrigan, conocida como la Diosa de la muerte y de los Cuervos, tomo al niño antes de que el Altísimo recuperara a su ángel caído y alzado. Creo recordar que le cambió el nombre del niño por algo así como Fitheach, cuervo en gaélico. Le quiso como a un hijo.

El niño murió en lo que ahora es Alemania 20 años después, en condiciones extrañas.”

“El ángel no volvió a dejar su tarea nunca más, pero no volvió a amar a nadie del modo en el que amo al que una vez fue su marido. Por haberle querido más que a nadie, debería ser el más conocido de los hombres, pero Dios castigo su osadía condenándole al olvido. Sin embargo, todos sus descendientes se distinguían y se distinguirán de la masa humana, como corresponde a los hijos de un ángel.”


- ¿Isa?

-¿Sí?

-Lo de los cuentos de antes de dormir no es lo tuyo.

1 comentario:

  1. Yo ya te dije lo que pensaba, ero po siacas lo repito: ¡3/4 partes de cruz en los ojos!

    Veo que al final se ha quedado con el nombre de Gloria...

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