martes, 23 de noviembre de 2010

Amargura

No existo.

Soy el perfume de una vela apagada,
los ecos de una canción muda.
Soy el abrazo de un fantasma,
la amenaza de un niño pequeño.
Un atardecer escarlata.

Soy un libro en la hoguera,
un sueño al despertar,
una falsa profecía;
soy una muñeca rota,
el delirio de Elvira
y el amor de Montemar.

Soy un epitafio borrado,
un candidato rechazado,
una blanca visión,
el sabor de un adiós.

Huye de mí.
No existo,
pero naceré en ti
si me buscas.
no existo,
pero del mundo de los muertos
a regresar me ayudas.

1 comentario:

  1. Gracias. De nuevo llega tu estro, querida amiga, a llenarme de ilusión y magia. Ya pensé que la fuente de tu inspiración se había secado con el otoño. Bien está, porque, imagino que habrás tenido que mantener tu estatus sobre el terreno. Asegúrate de volar, mientras tu nido esté establecido.
    Que Dios te bendiga, querida amiga.

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