domingo, 26 de diciembre de 2010

¡Feliz Navidad!

Ver para creer. Esta es la carta a los Reyes Magos de mi hermana pequeña. No es que tenga mucho en común con lo que publico normalmente, pero es que no publicarla me parece un desperdicio:

Queridos “reyes magos”:



otro año mas y otro día de reyes mas. Para este año querría un ordenador portátil, de estos que hay en el Mediamark y es que ese regalo me haría la chica mas feliz del universo y también me gustaría una “monster high” (las muñecas góticas) pero recordad si no me traéis al ídolo portátil lo tomare con todas las cosas frágiles y caras que pille

PD: El que avisa no es traidor.

Como me aburro y no es bueno para el medio ambiente voy a improvisar unos cuantos ripios:

queridos reyes magos, nacidos en oriente

no os extrañéis porque sea rápida de mente.

Un portátil me gustaría que me trajeseis

pero no me extrañaría nada que no lo hicieseis.

Sere infeliz hasta la perdición

porque no me traéis el maldito portátil del co---

(eso era un taco así que lo he sancionado)

esta maldición día y noche repetiré

y a papa y mama hartare.

Así pues me despido

perdiéndome en el olvido

y con todo el corazón

que puedo tener

termino estos ripios de una vez.







Con cariñitos,besitos y amor me despido corazón( estaba siendo sarcástica)

de la simpatiquisima Julia sin amor y con desgracia

FDO:



viernes, 3 de diciembre de 2010

La Princesa de las cenizas

El príncipe Manrique admiraba los jardines del Palacio Real desde un balcón. Todo parecía estar en calma, pero detrás de las verjas del castillo, familias enteras protestaban que sus hijos morían de hambre mientras los reyes daban solomillo a sus perros. Manrique hizo un gesto de tedio y volvió a entrar en el castillo ¡Si había sido la chusma la que había elegido a su abuelo como líder después de que echaran a la despótica casa del Sol! No tenía remedio, cada vez que las cosechas eran malas, el populacho se metía con los gobernantes creyéndose muy justo. El príncipe encontraba todo esto incómodo y aburrido. Ya tenía treinta y tantos años, su cabello se estaba volviendo gris, y alguien que no ha trabajado en toda su vida no va a empezar a hacerlo a esa edad. No. Al heredero le gustaban demasiado las juergas, los romances y las aventuras como para aguantar las quejas de campesinos pedigüeños y de embajadores desdeñosos. Todos contra su familia por ser una dinastía de apenas 30 años. ¿Que se le va a hacer? Como no se podía hacer nada, Manrique decidió ir al baile que acababa de convocar, al que habían sido llamadas todas las muchachas casaderas del reino. El príncipe había abandonado a su amante hacía poco y se sentía solo.
Pero aún así...
Apenas un par de valses más tarde se dio cuenta de su error: todas esas muchachas tan jóvenes e ilusionadas soñaban con una boda y una tiara y pasear en carroza y un sepulcro en la catedral ¡Costureras y criadas intentado mezclar su sangre con la sang royale! Inaudito.
Enfadado y disgustado sin entender muy bien contra quién o quienes, vagó por los corredores vegetales dando largos besos a la botella de Champagne. El mundo empezaba a zozobrar como un barco a la deriva cuando oyó una voz rebosante de poesía le hizo volver al mundo de pronto

"En el salón de los espejos,
giran las sombras y máscaras,
¿Donde estás? ¿Donde estás?
No te hallo,
Se ha esfumado tu reflejo.

En el bosque donde silba el viento
las ramas crujen bajo tu peso
Te dieron collar de cuerda,
¿Donde estás? ¿Donde estás?
No te hallo,
la lucha te alzó contra el cielo.

Marchaste a la lucha,
marchaste al asedio,
a defender tu cruz con celo
¿Donde estás? ¿Donde estás?
No te hallo,
y ya se han marchitado mis besos."

La aparición, de blanco y vestida como una dama de otra época, también parecía haber tenido un romance con la botella esa noche. Tenía el pelo largo, rubio y lacio de las princesas del imperio, y hablaba con el acento de la gente del continente. Aun así...
Había algo de irreal en ella. La forma en la que los rayos de la luna parecían atravesarla era algo extraño.
Aún así, se giró cuando vio al príncipe, y, en lugar de tratarle con la deferencia con la que todo el mundo le trataba, señaló la botella y pidió
-¡Unas cuantas burbujas para aliviar las penas, si puede ser!
Manrique esbozó una sonrisa amarga y bebió con la mujer. Por fin alguien que parecía comportarse sin poses ni reverencias. De joven debió haber sido muy bella, pero ya tenía la cara surcada por las arrugas, aunque que daba algo especial en torno a ella.
Al cabo de un par de tragos, empezaron a bailar un vals sin ritmo ni coordinación al son de las armonías que llegaban desde desdibujado palacio. De repente, empezaron a sonar las doce campanadas, con la cadencia de un toque de difuntos.
La dama levanto la cabeza con cara asustada y echó a correr como una corza. Manrique intentó sujetarla agarrándola de la manga, pero la túnica, delicada como un zapatito de cristal, se desgarró dejando al hombre con un jirón de gasa blanca en la mano. La mujer alcanzó un rayo de luna y desapareció como si se hubiera vuelto de polvo.

Manrique se obsesionó con al mujer. No había casi gente del Imperio desde que se hecho a la regenta Griselda cien años antes, la primera de la larga lista de rebeliones que empezaba a arrastrar el país. La buscó por todas partes. Mandó llamar a todas las mujeres rubias del reino, pero las pocas que había eran todas niñas ñoñas o cuarentonas casadas. Parecía que el príncipe se hubiese enamorado de un fantasma.Mientras, el pueblo se iba enfadando más y más, cansados de unos soberanos que parecían no prestar ninguna atención a su pueblo, pero se desvivían por encontrar a la nueva amante del heredero.

Manrique apenas salía de sus aposentos, si no era para dar largos paseos por los corredores murmurando entre dientes "desde la reina Griselda" ¡Y si esa era la clave? ¿Y si la reina dejó alguna hija ilegítima que escapara la revolución, o alguna de sus doncellas no hubiera vuelto al Sagrado Imperio de Navie y hubiera fundado una familia? Nada más ocurrirsele la idea al príncipe, empezó a recorrer todas las antiguas salas del palacio, buscando todo aquello que pudiera darle una pista de que fue de los acompañantes de Griselda.
Hubiera sido más fácil buscar una aguja en un pajar. Después de tantas revoluciones, los restos de la mayoría de las dinastías habían desaparecido, sustituidos por los retratos y las joyas de los nuevos reyes. Además, siendo Griselda una regenta extranjera, nadie se había molestado en rescatarla del olvido.
Quizás quedaba algún registro en la biblioteca del palacio...
Se podían contar con al mano los reyes que se habían molestado en entrar allí. El silencio pesado y permanente de la sala envolvía atenazaba. Manrique rebuscó y rebuscó en los archivos, esperando encontrar una lista de desaparecidos que le diera una pista. Los archivos estaban en una pequeña sala, envuelta en polvo y presidida por un retrato que la escasa luz no dejaba ver. El príncipe buscó y buscó, pero sólo halló listas de aquellos que murieron ayudando a Blanca, la princesa que destronó a Griselda.
Lleno de furia, quemó los papeles. La luz de la hoguera le permitió ver el retrato. Era de la princesa Blanca. Sin pararse a pensar en lo que hacía, arrancó el retrato... revelando que había otro debajo.
Una mujer de piel rosada, muy bella, con un largo y rubio cabello flotando a su alrededor.
El príncipe sí se había enamorado de un fantasma.
Salió corriendo a los jardines, con la mirada desquiciada¿Qué haría ahora?Si ella no había existido, si había sido sólo un espectro atraído por el alcohol... Llevado por un impulso repentino, como siempre se había llevado, Manrique puso fin a su vida saltando a una de las profundas fuentes de los jardines. Mientras caía, casi pudo ver la forma de una mujer en el polvo que el viento traía en remolinos, cayendo con él al agua para no levantarse
***
Esa misma tarde el pueblo, harto de hambre y miseria, saqueó el palacio y le prendió fuego, acabando con los reyes y con todo aquel que estaba dentro.
Un jirón de gasa, blanca e inmaculada, revoloteó entre las cenizas hasta desaparecer

martes, 30 de noviembre de 2010

La muñeca de trapo

Me conoces y me quisiste. Sigo aquí, ¿Sabes? En la misma estantería cubierta de polvo en la que me dejaste cuando creíste madurar, o cuando te regalaron algo mejor que una muñeca rota y vieja con ojos de botón.
Alguna muñeca rubia que canta o que duerme, más cara y exclusiva que la muñeca heredada de una hermana mayor o desenvuelta el día de Navidad de hace ya muchos años... Cuando aún eras una niña capaz de jugar con muñecas, antes de que crecieses y me desterraras al desván para hacer hueco a maquillajes y a vestidos.
Y te olvidas de mí. me olvidas mientras yo crío polvo sumida en la desesperación, en la amargura del recuerdo de unos años que pasaron muy rápido y no volverán. pero todo esto pasa sólo por mi cabeza, y tú nada sabes, y sigues regalando más y más muñecas a tus hijas, dándoles mi destino y haciéndolas hermanas mías.
Mujer que una vez fuiste mi ama y mi mamita, deja de regalar muñecas que después serán trastos. No te molestes en darme esos abrazos que aún de cuando en cuando me das, llenos de compasión fácil, rescatándome del olvido unos segundos y prometiéndome zurcir los jirones de mi falda para devolverme a mi exilio en la estantería.
A veces parece que a las muñecas de ojos de botón sólo se nos descosen los vestidos, pero ya todas tenemos los corazones deshilachados.

martes, 23 de noviembre de 2010

Amargura

No existo.

Soy el perfume de una vela apagada,
los ecos de una canción muda.
Soy el abrazo de un fantasma,
la amenaza de un niño pequeño.
Un atardecer escarlata.

Soy un libro en la hoguera,
un sueño al despertar,
una falsa profecía;
soy una muñeca rota,
el delirio de Elvira
y el amor de Montemar.

Soy un epitafio borrado,
un candidato rechazado,
una blanca visión,
el sabor de un adiós.

Huye de mí.
No existo,
pero naceré en ti
si me buscas.
no existo,
pero del mundo de los muertos
a regresar me ayudas.

viernes, 22 de octubre de 2010

Esbozo de Canción

Las hojas muertas
bailaban tenues
sobre la piedra eterna
a la sombra de cipreses.
El viento susurraba
su nana de lluvia y niebla,
y yo sentía en el alma
su tristeza pétrea.
un pensamiento
a mi mente volvía
Y así me preguntaba:
"¿Se puede existir
sin alma?
¿Se puede existir
sin vida?"
Y apenas un segundo
formuladas las preguntas
pude ver la respuesta
que clara acudía:
"¡Existes!
¡Tu comes, duermes, lloras!
Existes, aunque ya no vivas!"

viernes, 27 de agosto de 2010

Las tardes de domingo

Lo de arriba va en serio. Pero una amiga me ha dejado un poema suyo para que lo cuelgue. ¿La convenzo para que me deje más? Opiniones.
Mis viejas amigas olvidadas
¿Quién me iba a decir a mí
que volverían al irte tú?
Las veo venir, se acercan a mi casa.
Aún más tristes,
cargando una ausencia
en sus espaldas curvadas.
Puntuales.
Vienen sin sorpresas
porque no son esperadas.
Informes, sin colores
vienen en silencio
sin sonido de campanas.
Inalterables
una tras otra
sin presagios
arrancando las flores de lo impredecible
a su paso monótono
vuelan los pájaros de los alambres
y el cielo cubierto de tedio
se confunde con la carretera asfaltada.
Vienen haciendo del mundo
una carretera asfaltada.
Vienen a velar
con sus rostros idénticos
con sus máscaras de nada
con el único color posible
cuando ya nadie pinta los bocetos
de las horas sepultadas.
Han llegado al marcharte tú,
son mis viejas amigas olvidadas.
Las tardes de domingo
y han encontrado abierta la puerta de mi casa.

Granate

domingo, 22 de agosto de 2010

claro de luna

Cielo nocturno, has sido acuarela
Has durado un milenio y un instante
Has vuelto las nubes gasa brillante.
Has hecho la luna frívola vela.

Baile de máscaras se ha vuelto el cielo
Juntas las sombras y luceros danzan
a morir en el olvido avanzan
cubiertos por la negrura y su velo.

Ocurren, claros de luna fugaces
¡Batallas de luz y sombra en los cielos!
Los veo, sabiendo sus desenlaces.

He estado entre sus luces y señuelos
buscandote entre sombras y disfraces
Han sido míos. ¡Razones y anhelos!

viernes, 20 de agosto de 2010

tarde de lluvia

Leer y releer una carta
a la luz de una candela
y ansiar, querer quemarla
si arde también mi pena.

La lluvia tras las ventanas.
Y esta espera eterna.
vidas en libros guardadas.
Y esta espera eterna.
Sonrisas en fotos y orlas.
Y esta espera eterna.

Sentir la burla y la sorna.
Y esta espera eterna.
Sentirme ingenua y tonta.
Y esta espera eterna.

Pero aun sigo creyendo
en un futuro mejor
y sólo ahora entiendo
que esto... ¡esto es amor!

lunes, 16 de agosto de 2010

Pesadilla

Frío y neblina cubren
las calles, castillos, templos
donde moraron un día
ahora sólo muertos, muertos
el vacío se adivina
caminando con el viento
hicieron la ciudad suya
por siempre hace milenios

Aun se oyen los gritos,
aun resuenan los lamentos
en esta ciudad fantasma,
cenizas de un gran fuego
"gris y ruinosa y dormida,
pero nunca muerta" pienso
pero conozco este mundo
de nieblas, de silencio
¿Cómo sé esta mi patria?
¿Cómo sé que la odio y quiero?
¿Querer que despierte o que arda
un mundo que fue de muertos?
Pero entonces despierto
y entiendo que fue mi alma
la ciudad que vi en sueños.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Reflexión

Lluvia hastiada en las ventanas.
Partituras silenciosas.
Horas vacías y vanas.
Vidas frívolas y ociosas.

Y las hogueras, lejanas
y lejana la aventura
las letanías cercanas
y ausente la locura

Pero en estas mañanas
(todas grises e iguales)
soñé con ideas insanas
las juré, mis ideales:

"Creeré en ciencias arcanas,
jamás creeré en la muerte
pues tiene la raza humana
¡redención,cordura, suerte!

martes, 10 de agosto de 2010

La Historia de la Gloria Maldita

Perdón por no publicar antes. He estado peleándome con el ordenador estos días.

-¡Cuéntame un cuento!- Pidió Julia a su hermana mayor- Vale, serás gótica y las góticas no cuentan cuentos, pero tú conoces muchos. ¡Porfa! Que tenga muerte y sangre, pero cuéntamelo.

-Hasta que no lo cuente no me vas a dejar en paz, ¿no?

-No.

La hermana mayor de Julia, Isabel, suspiró profundamente. Mejor que hiciera caso a la niña y así se callaba.

-Vale... Pero tú lo has pedido. Va a tener muerte, y no habrá final feliz.

-¡Genial!

-Pues aquí tienes el cuento de la Gloria Maldita:

“Antes del nacimiento de su hijo, Dios marcó a una de sus criaturas para que le sirviera, y como tenía muy claro el futuro de la humana, marcó con una cruz su ojos verdes.

Pasaron los años, y Dios previó la educación de su criatura. La hizo sentir la mas alta felicidad de niña, para después arrojarla a la desesperación de sentirse diferente.”

- ¡Hey, como tu!-Interrumpió Julia

-¿Me comparas con un ángel? Vale, soy diferente a los demás, pero tampoco tanto. Ahora, ¿Puedo seguir, sil vous plait?

“Sus padres no entendían sus ideas del mundo. Sus amigas no podían ver sus ideales del amor. Y se fue sintiendo más y más triste, y más sola. El ángel decidió acabar con su vida. Dejo su pueblo, un castro en los montes del Norte de España, y se ofreció a las lamias, demonios antropófagos, con la idea de que si la mataban a ella, las lamias respetarían la vida de otra persona. Como ves era bastante idealista. Pero las lamias no la pudieron matar. Cuando trataron de morderla, largas alas la crecieron en la espalda. Al fin y al cabo Dios la había elegido como servidora suya, y ahora que se enfrentaba al mal su naturaleza más alta salía a relucir. Sin embargo, las alas se volvieron negras cuando eran mordidas por los demonios. Asustada, la chica deseó que los demonios se marcharan y se encontró a solas en el bosque.

Dios sonrío. Por fin la educación de su agente era completa. Su ocupación requería tener esa alma romántica y sacrificada que no se encuentra a diario, y también la tristeza que impedía tener grandes sueños:

Su ángel debía encargarse de llevar esas almas, normalmente atormentadas, de aquellos a los que llamamos artistas. La forma de diferenciarlos era cruel y eficaz: El ángel debía llevarse a aquellos humanos a los que ella amara desesperadamente. Tenía que amarles, y maldecirlos a ellos, a sí misma por amarles y a aquel que le encomendaba tal tarea, y verles envejecer y morir, y ver su corazón desgarrarse una y otra vez. Sin embargo, su elección traía otra consecuencia: aquellos seres a los que se llevaba eran después recordados durante generaciones como grandes artistas. Se empezó a llamar a si misma “Enviada de la Gloria Maldita.”

-Pero la historia no acaba ahí – Añadió Isabel- “Gloria sufría tanto con cada amor que decidió volver su corazón de piedra. Llevaba cerca de 10 siglos cumpliendo esa tarea cruel, a si que es normal que deseara ser fuerte. Durante 4 siglos lo consiguió. Era un tanto cabezota.

Pero llego el día en que, paseando por Irlanda, en lo que nosotros llamamos Renacimiento, conoció a cierto noble. Pelo del color del fuego, ojos negro, piel clara. Una mirada inteligente y sonadora. Pero apenas la vio su rostro cambio rápidamente, como si ocultara una emoción profunda. Se acerco a ella con elegancia, y la saludo con gallardía, pero le coloco rápidamente un collar de plata al cuello.”

-¿Y que? Estaría siendo elegante.

- ¿Qué te he dicho de la plata, Ju? Te protege contra el mal, por eso siempre llevo plata al cuello, y por eso te digo a ti que lleves plata. Según la mitología, mientras lleves eso, sal y no le digas tu nombre a los feéricos no te pueden hacer nada. A lo que iba: “El metal absorbió el veneno de las lamias, absorbió la pena y la tristeza, y lo transformó en un grito de dolor, y volvió sus alas, otra vez blancas, pequeñas y delicadas. Al parecer este noble, cuyo nombre no recuerdo, había oído hablar del ángel sufriente y, tan romántico como ella, quiso aliviar su dolor. La devolvió a su condición de humana, como si todo hubiera sido una pesadilla. No puedo recordar el nombre, pero el hombre y Gloria se casaron y tuvieron un niño, al que pusieron un nombre muy raro, algo asi como trebol. La vida de Gloria ya no era triste, y su marido era el hombre al que más había amado en toda su vida.”

“Pero Dios siguió requiriendo los servicios de su agente. Apenas un año después de que la chica, ahora mujer, hubiera dejado atrás su vida de muertes, Dios volvió a buscarla, matando el mismo a aquel que la había liberado ante sus ojos. El dolor que sintió en ese momento fue tan grande que sus alas crecieron más de lo que había crecido en 14 siglos. Su niño se salvó. El espíritu que en Irlanda llaman Morrigan, conocida como la Diosa de la muerte y de los Cuervos, tomo al niño antes de que el Altísimo recuperara a su ángel caído y alzado. Creo recordar que le cambió el nombre del niño por algo así como Fitheach, cuervo en gaélico. Le quiso como a un hijo.

El niño murió en lo que ahora es Alemania 20 años después, en condiciones extrañas.”

“El ángel no volvió a dejar su tarea nunca más, pero no volvió a amar a nadie del modo en el que amo al que una vez fue su marido. Por haberle querido más que a nadie, debería ser el más conocido de los hombres, pero Dios castigo su osadía condenándole al olvido. Sin embargo, todos sus descendientes se distinguían y se distinguirán de la masa humana, como corresponde a los hijos de un ángel.”


- ¿Isa?

-¿Sí?

-Lo de los cuentos de antes de dormir no es lo tuyo.

viernes, 6 de agosto de 2010

Encuentro

En un segundo cualquiera
lucha cruel de hielo y fuego
por unos ojos ardientes
el pulso loco en mi pecho.

Sentir tu mirada fría.
Sentir mi ardiente anhalo.
Recordar que no me amas
y yo, contra ti, te quiero

lunes, 2 de agosto de 2010

Frente a las ruinas

Piedras, cenizas, polvo en el viento
Fueron frases, hechizos, letras, nombres
Y aun así más longevos que los hombres
que quisieron ser recordados por ello.

Se ha olvidado su pensamiento
Se han olvidado sus sueños, creencias
No se recuerdan sus ideas, ciencias
¡Todo lo lleva el tiempo, cruel tiempo!

"Vivieron aquí hace tanto" siento
"Aquellos que pulieron estas piedras
que devoraron la menta y las hiedras
como los devoró a ellos el tiempo"

"No a nosotros" A mí misma me miento
"Nuestro saber no se olvidará.
Nuestro mundo no se acabará.
Intento creer"¡Seremos eternos!"

No hay sentido en lo que pienso,
pero sigo negándome a saber
lo que leo en este atardecer
El futuro, ¡El de este mundo muerto!

viernes, 30 de julio de 2010

Viento del Abismo

Llegó el viento del abismo
y trajo consigo nuevas
de sus mundos subterráneos
donde hay tanta pena.

Me dijo de Prometeos
cargando con sus cadenas,
me habló de tantos amados
hundidos en sus tristezas.
Me susurró sobre reyes
¡Desgracias de sus Altezas!

Pero el viento no se fue
"Mis manos sólo se llevan
aquello que ya ha caído:
¡ya no puedes tener grandeza
si tanto te has acercado
a la ajena decadencia!

jueves, 29 de julio de 2010

La Historia de Nixe

Tenía una sonrisa cautivadora.
Sus ojos ambarinos, su piel de alabastro y su cabello rubio, prácticamente blanco la volvían casi divina.
Nixe*, la ninfa del río, sabía usar sus atributos.
Nunca logró pasar hombre por su puente.
Ellos, rudas bestias, que, como los feéricos recordaban con asco, eran casi primates, no podían sino perder la razón por esa delicada criatura sentada en las afiladas rocas que precedían su puente. Todos intentaban salvarla. Nixe no lo veía mal “Bueno, que la comida venga a mí es mucho más práctico que ir tras ella.”
Ágil, más ligera que una pluma, la dueña del río bailaba sobre el agua. Todos los feéricos sabían que el río era suyo, el río y apenas una pequeña pradera que se convertía en vado las tardes lluviosas. Por suerte, sólo crecía allí un arbol que ninguna dríade se atrevía a reclamar.
“Estúpidas. Encadenadas a su árbol, su único amor, y protectoras de los humanos. Cuidarles, curarles, mimarles, ¿Para qué? Es mucho más divertido ataerles a su fin, y agarrarles la mano mientras expiran, como haría una novia fiel, y devorar esa esencia pálida, libre y neblinosa, que a simple vista sólo se ve en los ojos de esas bestias. Sus exquisitas almas.”
Las dríades veían a Nixe del mismo modo que ella las veía: sin respeto ni moral, la consideraban. Tampoco es que a la Muerte del Río le importara mucho. Su vida era tan apacible como el curso de su río.
Sólo había una criatura capaz de comparase con Nixe.
Piel de caramelo, ojos de azabache, cabellera de caoba. La elemental* de tierra, Toacra, tan libre y solitaria como Nixe, tan dulce como la ninfa mortal.
Pero era una adversaria digna. En su eterna lucha, Nixe reconocía que Toacra, a pesar de quitarle la comida de las manos, era valiente y fuerte. Solía proteger de la ninfa a esos primates bobos, pero al menos no tenía reparos en aceptar los tributos de sangre que la ofrecían.
La última gran batalla entre el espíritu acuático y la elfa ocurrió en esa época que los milesios llaman Renacimiento, cuando los humanos empezaron a viajar, a sacudirse parte de su ignorancia. O tal vez su precaución.
***
Todos los habitantes de la Selva Negra conocían la fama del puente de Nixe, pero siempre alguien lo intentaba cruzar con tal de ahorrarse camino. En realidad, todo el bosque estaba encantado, pero los milesios despreciaban el riesgo de encontrarse con pookas, kelpies o duendes*.
Uno de aquellos milesios, sin embargo, era especial. Conocía la existencia de los feéricos y traía un mensaje de las cortes Seelies irlandesas para Toacra. A pesar de sus conocimientos, era lo suficiente estúpido o atrevido, según como se mire, para atajar por el Puente de Nixe.
La ninfa lo vió. Vio su porte, su decisión, y tambien los colgantes de plata que lo protegían de su mordisco. Pero no de su canto.
Salió de su refugio atraviada con una túnica de agua y se dispuso a cortarle el paso.
Era sólo un humano. No debía interesarla. Pero no le podía cazar. De hecho no se podía acercar a el. Eso era nuevo. Y atractivo.
-¡Alto! Se quién eres, diablo.- Proclamó con seguridad el milesio- Si te crees que vas a conseguir algo, estas equivocada, Muerte del Río.
-Sólo quiero conversar. No hay muchos milesios que saben defenderse de mí. Por tu porte y tus adornos veo que te has criado entre feéricos, Seelie, si no me equivoco.¿No te apetece hablar conmigo, sabiendo que soy el mayor peligro de estos bosques?
Vale, ERA peligrosa. Pero tenía razon. Era la más poderosa de los habitantes del bosque, y ahora no le podía atacar. Ademas, la idea de hablar con la Muerte del Río era muy interesante.
Conversaron. La gran asesina, Nixe, sintió compasión por el milesio que de nino fue raptado por los Seelie. Fue la primera y única vez que la ninfa decidió no dañar a un humano. Groí, criado entre espíritus calmados y pacíficos, mensajero de Toacra, no pudo sino sorprenderse de la manera de pensar de aquella a la que se consideraba la muerte.
Y ambos se alegraron del encuentro.
A pesar de la distancia entre ellos, había electricidad en el aire, entre los movimientos danzantes de Nixe y las preguntas de Groí.
Toacra estaba furiosa. Según las Leyes, durante esta luna no podría acercarse hasta Groí, a no ser que Nixe lo permitiera. Ni hasta que ese estúpido humano decidiera marcharse.
Groí, en cualquier caso, no se preocupaba. Había vivido lo suficiente con feéricos como para saber que su paciencia era tan larga como su vida.
No sabía del odio entre Toacra y Nixe.
Nixe disfrutó de la compañía. Dejó de cazar, y empezo a sentir que su compasión aumentaba, y que ya no sentía esa angustia continua en el pecho que siempre que cazaba la sobrevenía.
Los encuentros entre el milesio y el espíritu duraron una luna.
Una noche antes de que expirara el plazo, Toacra explotó de rabia, y todos los árboles perdieron las hojas de terror.
¿Qué se había creído ese humano? Esperaba un mensaje ¡Y se atrevía a retrasarlo, para estar con la odiosa Nixe! No podía permitirlo. Toacra suplicó a todos los árboles su ayuda, y su permiso para cruzar el bosque hasta los dominios de la ninfa. Los árboles pidieron 100 años de su vida. Toacra aceptó.
***
-¿Sabes, Nixe? Se que eres una asesina, y que estas hambrienta, pero no puedo seguir viviendo con la idea de que no me mates por llevar un collar. No soy un cobarde, y no podría vivir protegido toda la vida.
La Muerte del Río miró pensativa las joyas que Groí se quitaba. Pensativa y con una sonrisa traviesa, se acercó bailando sobre el agua al milesio.
-¿Como sabes que sin ellas no te mataria? Efectivamente, estoy hambrienta y ya nada me impide hacerte daño... Pero preferiría darte un beso.
En medio de ese beso imposible los encontró Toacra.
-¿Qué es esto, Nixe? ¿No matas humanos? Ahora no solo te has ablandado, sino que encima usurpas lo que no es tuyo. ¡Devuelveme mi lacayo!
-Él es libre, lo sabes. Si elige mi companía respeta su decisión.
Toara vió los reflejos de plata en el suelo. Indefenso en medio de una batalla entre feericas, ¿eh? Si no podía tener ella a Groí, tampoco sería de Nixe.
Las rocas y la arena del bosque contra la carne de un humano. Ni siquiera el espíritu de agua podía protegerle.
Pero Toacra subestimó el amor de Nixe. A costa de sus propias fuerzas, la ninfa rescató el alma de Groí en lugar de dejar que se despedazara con el cuerpo. Sin embargo, el espíritu de un hombre no puede vivir sin un cuerpo, por lo que se apagó como una vela en la lluvia.
Toacra se había cobrado una vida humana, y era fuerte, mientras que Nixe no había probado la sangre en un mes, y estaba intentando proteger lo poco que le quedaba de su único amigo. La Hija de la Tierra decidió disfrutar la oportunidad.
Pidió a los árboles que con sus raíces rompieran las rocas que eran la casa de su adversaria. La ninfa usó los pedazos de rocas que saltaban para ayudarse a cavar una tumba.
Toacra uso su poder para envenenar el río de Nixe con hierro y sal, hasta que todos los sirvientes del hada, todos los peces y todas las algas, murieron. Aun así, Nixe sólo les dedicó un pensamiento, y consiguió acabar la tumba, donde dejó esa alma muerta que tanto había querido.
-¿Qué, Muerte del Río, no luchas? ¿Tanto te apena una pérdida, tu que has segado tantas vidas? -Gritó Toacra- Pues para que nunca nadie vuelva a pasar por lo que tu pasas ahora, yo suplico a los árboles que llenen tu río de Semillas del sueño, para que todo el que se acerque que caiga dormido, y a las hiedras que te aten eternamente, y que te tienten recordándote el sabor de las almas, esas que no volverás a provar.
-Tu me hablas pensando que eres honorable, Toacra, pero aún no es medianoche, y has roto Las Leyes llegando hoy. Exijo que a cambio, respetes el descanso de aquel al que tu llamabas lacayo y yo querido, y que en honor de la muerte de Groí, me dejes volver aquí una vez cada mil años a bailar otra vez sobre mi río.
-Sea.
Y las hiedras del bosque agarraron a Nixe, y se la llevaron a los confines del mismo, para que siempre pudiera oler , oír y sentir a aquellos humanos que nunca tendría. Sin embargo, a pesar de las pocas amistades que cultivó Nixe, los habitantes de la Selva Negra no olvidaron como Toacra se ensañó con un milesio, y como Nixe se sacrificó por su eterno descanso.

***
Toacra cumplió su promesa, y las hiedras dejaron salir a Nixe una sola hora mil años después. Pero esa es otra historia.
fin
*En esta historia se usan términos de la mitología céltica y alemana. Una nixe es una sirena de río, con piernas de mujer en lugar de cola. Los elementales son representaciones de los elementos, y suelen ser benignos. Los pookas y los kelpies son seres que adoptaban la forma de caballos o burros para extraviar o matar a los humanos que viajaban de noche. El término milesio es el usado en la mitología celta para definir a los seres humanos. Finalmente, se dice que las hadas irlandesas se agrupaban en clanes dominados por un rey o una reina, las cortes Seelie. Uno de sus pasatiempos era cambiar sus bebes por bebes humanos, haciendo cuidar los suyos a las familias humanas.

miércoles, 28 de julio de 2010

Rosas Negras

Loca, herida de muerte,
corazón que sangraba;
dolor y amor se parecen
en su pecho se mezclaban

pérfido engaño y burla
con su amante se juntaban:
Él la había abandonado
tras jurarle que la amaba

Vagando en el camposanto
halló rosas que brotaban
so las rojas, bella lápida,
ella leyó "Se amaban".

El corazón hecho trizas
daga de plata sacaba
"¡Amor, eres hiel, falso!"
gritó mientras expiraba.

Luna vio, y tuvo lástima
de tal desgarrada alma:
al roce de la sangre
rosas negras se tornaban
***
Tal rosal es maldecido
por aquellos que se aman
si un amante no es sincero
de las flores sangre mana.

martes, 27 de julio de 2010

Noche de tormenta

tras la noche de tinieblas
glorioso rompe el alba
¡Qué venga la luz también
a mi desgarrada alma!

Tras el frío de la noche
vuelve a calentar el sol
¿Podrá un amor curar
mi tan yerto corazón?

Las tormentas, lluvias, aguas
llegan por fin a cesar
mis vagos, fríos tormentos
¿Podrán también acabar?

Sólo jirones de alma
muerto, helado el corazón
son mis tormentos oscuros
sobras pasadas de amor